«La pasión popular por el Alianza Lima, al igual que el activismo de los sindicatos y las luchas obreras de inicios del siglo XX, sería una expresión complementaria de los deseos de integración al sistema político y económico de los pobres y excluidos de entonces».[15]
El fútbol en el Perú de principios del siglo XX se encontraba en fase de desarrollo, y el acceso se limitó a la clase adinerada.[8] Los jóvenes de la élite de Lima lo aprendieron en Inglaterra, y cuando volvieron lo practicaron con inmigrantes y marineros británicos que residían en el país o llegaban a los puertos ocasionalmente.[8] Sin embargo, la difusión del fútbol aumentó, llegando a diversos lugares de la capital peruana. La gestación de Alianza (en un principio Sport Alianza) fue la antítesis de esta idea, debido a que se fundó en un ambiente netamente popular, sin contar con ninguna influencia de las altas esferas de la sociedad limeña. La imagen que proyectaba Alianza como equipo popular aumentó cada vez más, atrayendo tempranamente a muchos simpatizantes de bajas condiciones que veían en las victorias del equipo aliancista, su propio triunfo frente a la adversidad, un triunfo que sería impensado en otros aspectos de la vida cotidiana y la oportunidad de revertir todo orden socioeconómico o político para poder competir sin desigualdades. Todo ello lo convirtió e identificó como el equipo de la clase obrera.[15]
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